Federico
Müggenburg
Vladimir
Putin decidió repetir la historia de sus antepasados zares, los rojos y los
blancos, para imponer su criterio en la anexión de la península de Crimea. Las
protestas verbales de Barack Obama le tienen sin cuidado, lo mismo que las de
la Unión Europea. Con la globalización los bloques están definidos y se repite
con una escala de repercusiones mayores, lo que había ocurrido desde que nació
la “madre Rusia”, así calificada desde que los monjes Cirilo y Metodio le
dieron la forma inicial a lo que luego fue un centro de decisiones políticas
que no han variado.
Todos esos
acontecimientos tienen repercusión en la Unión Europea. Acá en América sucede
algo que parece ser reflejo de aquello.
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