Federico
Müggenburg
Los
sucesos políticos de las últimas semanas son bastante significativos en cuanto
a las multi fracturas de lo que fue la famosa “familia revolucionaria”,
constituida por el genocida Plutarco Elías Calles, para contener las
consecuencias del asesinato de Alvaro Obregón, que cerró el ciclo de 15 años de
matanzas entre ellos, desde Madero hasta Obregón. El viejo sistema político duró
72 años en la historia, con altas y bajas, pero siempre sostenido por sus
coaligados. Se conformó con los caciques y caudillos vivos hasta ese momento y
sus respectivas estirpes descendentes: carrancistas, obregonistas, callistas y
cardenistas. Lo fue hasta que, a causa del destape de Carlos Salinas, se
fracturó el componente de los “dinosaurios” y luego a causa del destape de Luis
Donaldo Colosio, se fracturó el componente de los “tecnócratas”. Esas pedacerías
identificables en los “nodos”, que derivaron del “núcleo autoritario”,
perdieron la presidencia del país el año 2000, y no pudieron rescatarla en
2006. Ahora bajo las siglas del mismo histórico partido (PRI), parecen haberla
recuperado.
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Publicado
en www.cepos.org.mx el 12 noviembre 2012.